La historia de rescate y adopción de La Torita

La historia de rescate y adopción de La Torita

A veces, el destino pone a nuestros mejores compañeros en nuestro camino cuando menos lo esperamos. Así fue como Sadie, nuestra querida “Torita”, llegó a nuestras vidas y se convirtió en parte de nuestra familia.

Todo comenzó una noche de verano, cuando Emiliano bajó a sacar la basura. Al llegar al portal, se encontró con un grupo de vecinos que sostenían en brazos a una pequeña cachorra. Nos contaron que alguien había lanzado a la perrita desde un coche frente a nuestro edificio. Triste y confundida, la cachorra había quedado ahí, buscando el amor de un hogar.

Los vecinos llamaron a la policía para verificar si tenía chip o algún registro que pudiera ayudar a encontrar a sus dueños. Después de revisarla, nos confirmaron que no había rastro de un propietario. Preguntamos si existía un refugio donde pudieran atenderla, pero los agentes sugirieron que nos la quedáramos al menos esa noche mientras buscábamos una solución.

Sin pensarlo, decidimos llevarla a casa. Esa primera noche fue una mezcla de emociones: tristeza por lo que había pasado, pero también amor y esperanza al ver su carita inocente y agradecida. En los días siguientes, nos dedicamos a contactar refugios y buscar opciones para ella. Sin embargo, algo empezó a cambiar.

Cada momento con ella nos iba ganando el corazón. Su dulzura, su mirada agradecida y esa forma tan especial de buscar cariño nos hizo darnos cuenta de que había algo más. Cuando llegó el día de llevarla a un refugio, fuimos como habíamos quedado en la cita pero a pesar de ver que era un sitio de gente dedicada y confiable, no pudimos dejarla. Nos habíamos encariñado demasiado con ella.

Decidimos adoptar a Sadie y darle el hogar lleno de amor que se merecía. Desde ese momento, se convirtió en nuestra Torita, una parte inseparable de nuestra familia. Su historia es un recordatorio de cómo el amor puede transformar vidas, tanto la de ella como la nuestra.

Hoy, Sadie es una cachorra feliz, noble y cariñosa que nos llena de alegría cada día. Ella nos enseñó que a veces no escogemos a nuestras mascotas, ellas nos eligen a nosotros.

Adoptar es un acto de amor que cambia vidas, y nosotros somos afortunados de haberla encontrado. Si alguna vez tienes la oportunidad de rescatar o adoptar, ¡hazlo! Puedes estar salvando una vida y ganando un amigo leal para siempre.

Back to blog